Por fin puedo decir que me miro al espejo y me veo sin distorsiones, algo que casi había perdido la esperanza de lograr. También he logrado comerme una napolitana al fin y no sentirme culpable. Así que sí, estoy orgullosa de mí misma.
Gracias, una vez más, a todos los que me acompañáis en mi lucha: amigos, familia... Y en especial mi novio, mi vida, mi todo, que siempre me demuestra lo mejor y me apoya, gracias. Te amo se queda corto.
Gracias a los que seguís este blog y lo hacéis posible, a los que nos escribís con vuestras dudas y nos dais esa confianza.
Gracias a Martita_ por ser única y una excelente amiga y a Pandora, por ser mi compañera de batallas, mi "espantadora" de pesadillas.
Gracias a mis "dos Marías" que siempre me aguantan (¡os quiero!). Que este 2018 venga cargado de tardes en el Burger King y en el Rincón.
Gracias a Pedro y Rubén, por todos los consejos y oportunidades.
Gracias a Cake, por seguir en la distancia.
Gracias, mamá, por confiar en mí siempre.
Gracias a los que no están por cuidarme y por las enseñanzas, os llevo en el corazón.
Gracias, gracias y gracias. Incluidas todas esas personas que no nombro por falta de espacio.
Feliz año y que vuestras metas se cumplan.
¡A por el 2018 perfectamente imperfectos!