sábado, 31 de diciembre de 2016

¡Feliz año de parte de las flacas!

Hoy estoy feliz porque lo voy a pasar con los míos y me estoy recuperando favorablemente. Poco a poco voy encontrando el camino de nuevo. Muchas gracias a todos por un año más y por las muestras de cariño que he recibido. Que este nuevo año venga lleno de felicidad y salud, acompañados de vuestra familia y amigos.
[Pandora]

¡¡Hermosas criaturas!! ¿Estáis preparando el fieston para esta noche? Hay que acabar el año con buen pie y empezarlo mejor aun (a ser posible de pie, así que controlar la bebida). Sin vosotros el blog no sería lo mismo así que gracias mis pequeños corazones. Acabo el año con un super vídeo (grabado en mi retina porque me han obligado a borrarlo) en el que he podido comprobar que Andy sabe hacer twerking... ¡Os lo juro por snoopy! También acabo el año con la persona que más quiero a mi lado, gracias cariño. Y ahora, os dejo con la estrella de este blog, ¡nuestra querida Andy!
[Martita_]

Si pienso en este día hace un año me viene a la mente un hotel y una bañera hidromasaje. El 2016 lo recibí sola por elección propia, dentro de una bañera con espuma y escuchando a mi querido Rulo mientras comía mis lacasitos en sustitución de uvas. Fue un momento de pensar, de estar conmigo misma. Tan sólo le pedía al 2016 poder encontrar el equilibrio. ¿Lo he logrado? A días, la verdad. Pero ya no me importa. Este año que se va he cumplido sueños que creía imposibles, he conocido gente, he tropezado y he volado. Perdí a mi abuela, aunque en realidad siempre está conmigo, en mi memoria, y me robaron el corazón. Cierto moreno apareció en mi vida y desde entonces mi objetivo es hacerle feliz y amarle por siempre. Porque me ha devuelto la felicidad y me demuestra día a día que el amor existe: gracias mi panda.
Y por último, gracias a nuestros lectores, que nos animan a continuar, sois los mejores.
Sólo le pido al 2017 salud, amor y sonrisas para afrontar los malos momentos. ¡Y que Pandora y Martita_ sigan siendo tan geniales como hasta ahora!
[Andy]

De parte de las tres flacas: ¡Feliz año 2017! Y recordad que estamos a vuestra disposición en lasflacasteleen@hotmail.com donde también podéis solicitar colaborar en el blog.

viernes, 30 de diciembre de 2016

Límite

Creo que hoy es la primera vez que me alarmo al pesarme y ver que he bajado. Últimamente he estado con ansiedad y creía que estaba comiendo más pero también me ha sentado mal más veces y he estado más activa.
57 kg.
Me producen terror. Cuando sobrepaso mi zona de confort, los 60kg, sé que tengo la voluntad de bajar los kg de más pero ahora... Ahora estoy cerca de esa meta que mi parte enferma se propuso, de ese ansiado 55 que tanto he estado evitando. Tengo que subir, pero mi mente está librando una batalla campal entre lo que es correcto y lo que tiendo a hacer. ¡No quiero caer! He luchado mucho para llegar aquí.
¿Qué quiero hacer? Una parte de mí quiere seguir así, ser una niña, no enfrentar esto. Pero he aprendido a ignorar esa parte y a centrarme en lo que debo hacer, en lo que trae la felicidad a largo y a corto plazo.
El otro día dije que tenemos que elegir bien nuestras batallas y esta es una que voy a luchar, me niego a retroceder en el camino. ¿Y si tropiezo? Pues me levantaré. Esto no va a poder conmigo, no ahora, no más.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Vivir o morir

¿Qué es lo que te lleva a querer acabar con todo? ¿A desear terminar con tu vida? Todos atravesamos momentos malos y a su vez existen personas que los sobrellevan mejor que otras.
Una de las peores sensaciones aparece cuando te pierdes a ti mismo. Cuando echas la vista atrás y sabes que no es que hayas cambiado, sino que te has estancado, incapaz de dejar atrás el pasado. Y entonces es cuando te has perdido a ti mismo. Y tratas de buscarte pero parece imposible, la persona que eras ya no existe, tan solo queda el fantasma de un recuerdo.
A veces llega un momento en que ya no te importa nada, un momento en el que los cortes se hacen cada vez más profundos y la mirada más perdida. Y decides acabar con todo, porque ya no te importa nada, o eso crees tú.
Las pastillas bajan por tu garganta, mezcladas con batido de chocolate, ¿quién dijo que no podía ser dulce? Pero no. Empiezas a pensar que te mereces un castigo y te viene a la mente un día muy lejano y un cuerpo tirado en el suelo. Quieres saber que se siente. La cuchilla corta muy profundo esta vez, en vertical, como tantas veces leíste que se hacía, y en cierto modo te alivia sentir ese dolor que crees que mereces. Pero de repente... Un atisbo de tu antiguo yo asoma, gritando por vivir y te detienes, deseando que no sea tarde. Has encontrado un trozo del camino y te aferras, luchando, temiendo haber ido demasiado lejos.
Por suerte no era tarde. Pero ya sabes lo que es, ahora entiendes, y no dejarás que suceda de nuevo nunca más.
Elige las batallas que vas a luchar pero ante todo elige la vida.
[Para P. de parte de A.]

La chispa

A veces basta una chispa para que todo prenda. En ocasiones esa chispa puede ser un simple abrazo, o una sonrisa. Esta vez no hizo falta más para sentir los lazos que nos habían unido. A pesar de los años, parecía que nada había cambiado y a la vez todo era distinto.
Siempre escribo para expresar mis sentimientos pero ahora son bastante confusos. Por un lado mi corazón añora volver a aceptar en mi vida a esas personas que un día fueron tan importantes, pero mi mente se resiste, recordando todo el daño. ¿Merece la pena? No lo sé. Hay gente que dice que la gente cambia con el tiempo, otros creen que no. Yo sé que he cambiado y que ellos han cambiado. Pero me costó mucho dejar todo aquello atrás y ahora tengo miedo de reabrir viejas heridas.
Esta vez, voy a pensarlo bien.

viernes, 23 de diciembre de 2016

El pasado a veces vuelve

Todo empieza con un encuentro entre dos personas que hacía mucho que no se veían. Y ahí deciden reunir a todos. ¿Cuántas veces habré recordado cada momento que pasamos? No podría contarlas. Pero también es cierto que nos hicimos daño, mucho daño. ¿Ha pasado lo suficiente como para perdonar? ¿Es posible que quede algo de amistad por salvar? No lo sé.
No pensaba ir, no veía que me podía aportar pero después pensé en todo lo que compartimos y en que, tal vez, nos debíamos compartir una última cosa.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Asco de día.

Hoy es uno de esos días. O tal vez se acerca la época que menos me gusta (antes era mi favorita). Hoy parezco una jodida fuente, sin parar de llorar. ¿Por qué tiendo a decepcionar a todos los que me importan? Debería estar ayudando a mi madre en la cocina pero soy nula en eso, hay días que me quedo en la cama, agotada (¿de que? No lo sé, pero me siento una vaga). Este año no he pensado los regalos, hasta en eso he fallado... Y ahora llegan los exámenes... Apenas me concentro, y tan solo tenía que faltar una semana... Pero de nuevo decepciono y elijo mal (perdóname cielo, la cagué, pero soy experta en eso). Ya lloro de nuevo, ya siento la ansiedad que me empuja a tener ganas de comer y a la vez a sentir asco, a tener ganas de cortarme y resistirme, porque al menos en eso no puedo decepcionar. ¿Qué coño me pasa? Estoy cansada de oír hablar de hormonas culpables, pastillas que interaccionan... Cuando yo lo único que me siento en momentos así es alguien débil, incapaz de sobreponerse a tonterías, que llora por nada y que necesita atención porque "pobrecita es epiléptica"... Ojalá fuese más fuerte, ojalá dejase de llorar y empezase a luchar.
Hoy... Hoy me siento una inútil que no merece ser querida... (y ahora que vengan a hablarme los psicólogos de mi yo interior).
Hoy... Mañana será otro día.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Pandora

Casi me muero. Literalmente. Y entonces te planteas si has hecho todo lo que habías venido a hacer. Quería morir. Aunque tras el primer intento dejé de quererlo, lo intenté dos veces más, sabiendo que había gente a mi alrededor para impedirlo. Hasta la tercera vez, que mi cuerpo ya cansado colapsó. Y entonces sólo rezaba por no morirme. Había oído hablar a mi mejor amiga una sola vez de aquello, de la carrera por el hospital, de la inconsciencia viniendo a tu encuentro, mientras tratas de luchar y te arrepientes... Y el dolor de después, al despertar. Porque vivir duele. Ya no quiero morir pero tampoco sé cómo vivir. Supongo que aprenderé. Y ahora sé que realmente hay gente que me quiere y sobre todo sé que tengo la mejor amiga del mundo, que supo ser dura cuando hacía falta, a pesar de que ella lo estaba pasando mal. Me he dado cuenta de que quiero ser aunque sólo sea la mitad de luchadora que tú y que quiero entender las sombras que te hacen sufrir para luchar contra ellas cuando tú necesites un descanso. Porque te debo mucho, hermana, porque eso es lo que hacen los amigos.
Muchas gracias a todos los que os habéis preocupado por mí, estoy mejorando cada día y pronto estaré de vuelta.
Con amor,
Pandora.

Distancias que merecen la pena

Hoy llevo la cabeza llena de números y necesitaba escribir un rato. Cada vez estoy más convencida (si es que se puede estarlo más) de que he encontrado a la persona con la que quiero estar el resto de mi vida. E incluso más. Es cierto que la distancia a veces me asusta, aunque sólo sea porque conozco mucha gente que no cree en los amores a distancia. Aunque yo soy una soñadora y siempre he apostado todo y más por el amor. La verdad, aunque fuesen océanos de distancia seguiría queriendo luchar; aunque a veces nos toque ser realistas y no poder vernos tanto como nos gustaría... Porque tú haces que todo merezca la pena. Porque mi mayor sueño es poder despertar a tu lado cada mañana y quiero luchar por ello. Y porque te amo, coño.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Brujerías by Martita_

¡Buenos días en este frío lunes mis queridos pajarillos! Aunque pajarito me voy a quedar yo cuando salga a la calle con este frío... Bueno, venía a haceros una pregunta: ¿Qué clase de brujería oscura es esto que llaman amor? ¡Yo antes no era así!
Después de semanas metiéndome con alguna que otra amija enamorada, este sábado decidí irme de fiesta (algo normal en mí). Pues bien, mi novio se quedó en su casa ya que se encontraba algo mal y yo me lo estaba pasando decentemente bien (no ligando, se entiende) cuando recibo un mensaje suyo diciendo que lo avise cuando vuelva y que tenga cuidado. Mi cerebro hizo colapso ahí: ¿cuándo alguien que no es mi madre se ha preocupado por mí de esta forma? Vale, específico: por alguien me refiero a un hombre. Y una de mis acompañantes va y dice: "jo, como te quiere eh". ¿Me quiere? -pensé- ¡Claro y yo a él! Así que yo, Martita_ me vi dejando mi bebida, cogiendo un taxi y yendo a su casa a la una y media de la mañana con lágrimas de emoción en los ojos. ¡Yo! (Él encantado, claro). Y no me arrepiento pero he llegado a una conclusión que mi mejor amija, muy sabia, me dijo el otro día:
"Cuando te enamoras no lo notas pero poco a poco te vas volviendo idiota y yo me declaro la idiota número uno y espero que jamás se me pase" (esto solo si es correspondido, sino ya es otro nivel de idiotez).
¡Feliz semana mis preciosas criaturas!

domingo, 11 de diciembre de 2016

Una de tantas noches

Hoy es una de esas noches en las que doy vueltas sin poder dormir. Hoy pienso en ti, Tuki. Creo que hacía años que no recordaba ese apodo. Siempre ando preguntándome qué me dirías si estuvieses aquí. Probablemente sabrías como regañarme a la vez que comprenderme. Antes me preguntaba si alguna vez se iría el dolor por tu pérdida; ahora sé que siempre me quedará esa punzada al recordarte. Pero no querría dejar de sentirlo, para mí significa que te sigo llevando en el corazón aunque ¿acaso podría olvidarte? Ni quiero ni puedo aunque sólo tú y yo sabemos la de veces que te hablo... Solo tú sabes lo que significan para mí las estrellas, amiga.
Hoy pensé en lo afortunada que soy por tener conmigo a la gente que quiero pero luego recordé que no todo se puede tener, ¿no? Tú no estás. ¿Cuántas veces me has oído estas palabras?  Pero hoy lamenté algo también, lamenté no tener mi colgante, nuestro colgante de la luna y la estrella. Me equivoqué y aunque de los errores se aprende... Hoy lo extrañé, hoy te extrañé, mi pequeña estrella.

martes, 6 de diciembre de 2016

La vida da muchas vueltas

¿Qué es lo que quiero? Acabar mi carrera, ejercer como psicóloga, escribir otro libro... Todo son metas a medio-largo plazo. Estos días he descansado mucho pero ahora, mientras vuelvo a casa voy pensando en cómo ha cambiado todo en un año. Tenía mi zona de confort, no quería salir de ahí y ahora es en esa zona donde no estoy cómoda. Tal vez sea porque veo a todo el mundo tomando decisiones que los alejan del hogar, o porque aprendí que los amigos a veces no son para siempre y que nada es eterno o al menos no puede durar si no lo cuidas. Me he dado cuenta que sólo me olvido del mundo cuando estoy contigo, en esos momentos me encuentro a mí misma de nuevo, no doy tantas vueltas a las cosas. Por fin he aceptado que todo lo que me ataba ya no está. Y que esa libertad me da miedo. Sí, tengo miedo al dolor pero también a la felicidad pero por ti... Por ti enfrentaría mil demonios. Porque cuando tú no estás me falta algo, me faltas tú y quiero que mi hogar sea un para siempre contigo, aunque primero tenga que librarme de tanto miedo... Tú me haces ser valiente.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Dumping

Hola a todos, me llamo Andrea pero en el blog me conocéis como Andy o como Darky. Normalmente escribo sobre los trastornos de alimentación pero he recibido varios correos sobre mucha gente que ha pasado, al igual que yo, por una reducción de estómago y las consecuencias que pueden quedar. No es una operación sencilla, aunque la mía dijeron que lo sería ya que no me operaba por obesidad, sino por problemas de médula e iban a usar una nueva técnica que no implicaba al intestino. ¿Parece fácil, eh? Cortar tres partes de estómago dejando una del tamaño de un envase de yogur. Mi operación trajo dos consecuencias: la primera es que fue demasiado efectiva, lo que hizo que, si ya había dudas sobre si operarme o no, tras adelgazar 20kg más de lo esperado, los médicos comenzaron a culparse unos a otros. Y yo, conocedora de la bulimia, conocí de primera mano la anorexia. De bulímica a obesa, y de obesa a anoréxica. 
La segunda consecuencia es que me seccionaron un nervio, lo que hizo que una recuperación de 3 meses se convirtiese en una recuperación de un año. Incapaz de comer nada sin que mi estómago lo expulsara, ingresé tres veces con desnutrición y deshidratación. Veía la comida y me llenaba solo de observarla. Lloraba, recordando lo que era comer un trozo de pan cuando yo solo podía tomar batidos nutricionales. Mientras lloraba de impotencia, cada vez adelgazaba más y mi deseo era seguir. Cuando comencé a comer, mi garganta empezó a hacer unos ruidos, similares a gruñidos que provocaban en mí vergüenza y un estímulo más para no comer. A día de hoy, lo más probable es que esos "gruñidos" sean permanentes. En el bus, en clase... Cada vez que como o bebo, aunque haya pasado una hora, aparecen. Y si no aparecen, vomito, porque se acumula aire en mi estómago y no hay sitio para más. Pero hay algo más: me duelen, esos ruidos y el hipo que muchas veces me entra, me duelen. Comer implica dolor aunque ya nadie lo nota. Sonríes y ya está. Muchas cosas me siguen sentando mal, otras, gracias a probarlas repetidas veces, las tolero. Terminaría aquí, pero me siento impelida a hablar de una tercera consecuencia, una que me avergüenza y que después de esto no volveré a nombrar. Gracias a vuestros correos, sé que no soy la única... 
El síndrome de Dumping.

El vaciado gástrico rápido, o el síndrome de Dumping temprano, sucede cuando el extremo inferior del intestino delgado (yeyuno) se llena demasiado rápido de alimento.

Esa es la definición técnica. Informalmente, diríamos que al comer, en casos como el mío, por ejemplo, el intestino se atasca y de repente se vacía, haciendo que tengas que correr al baño, con diarreas de por vida (suena bien eh). ¿Qué pasa si no vas? Yo suelo aguantarme si no estoy en casa y trae dolores, vómitos (en mi caso con sangre, por una herida que la bulimia me dejó)... Y miedo a estar fuera de casa en las comidas. Apenas he hablado de esto con nadie, pero por los correos recibidos creo que era necesario... El Dumping es solo una parte de mí misma más, pero aún tengo que aprender a convivir con ella y sigo en fase de negación.

Gracias por vuestro tiempo y feliz puente

jueves, 1 de diciembre de 2016

Luchando y parando

No sé cuántas vueltas he dado en la cama pero de repente eran las 5:30 de la mañana y ya no sabía qué hacer. Pensaba en nada y en todo a la vez. ¿Y si hago meditación? Pero estaba demasiado agitada para eso, así que me he vestido y me he ido a andar. La música me impedía escuchar lo que había a mi alrededor pero no acallaba mi mente, a la que acudían fragmentos de pensamientos. Sin decidirlo he ido a mi lugar; hacía tiempo desde la última vez pero seguía igual de pacífico. Me he sentado y he imaginado lo que me dirías de estar aquí, probablemente enfadada me preguntarías qué narices estoy haciendo con mi vida, por qué no me enfrento a todo como siempre. Sinceramente, tengo miedo. Últimamente tengo miedo a muchas cosas. De nuevo estaba llorando y esta vez no me he contenido, tú eras de las pocas que me veían llorar y no me importaba. Estoy asustada, estrella, pero me he dado cuenta de que quiero luchar, que el descanso terminó y que parece mentira que queriendo dedicarme a escuchar a la gente esta vez no les haya prestado atención cuando me decían que tenía que parar. Ni siquiera escuché a mi cuerpo, aunque admito que todavía no soy capaz de quererlo, tampoco lo odio ya. Poco a poco, paso a paso. Empezaré por parar el ritmo, por dejarme querer, como tú decías, por apoyarme más y sostener menos.
Sé que no es fácil, nada que merezca la pena lo es pero hace un año hice un gran esfuerzo por salir adelante que no puedo echar a perder ahora. Tal vez haya llegado la hora de llorar en compañía todo lo que no lloré. Y, después, seguir adelante, sonriendo sin tanto esfuerzo.
Y a ti... A ti te veré en las estrellas mientras te cuento que sigo luchando, pero por mí, como tú querías y a mí me costó aprender.

El tiempo pasa.

Recuerdo que hace unos meses os hablé de la película "Come, reza, ama" y de lo que significó para mí. Recuerdo lo dispuesta que estaba a irme al fin del mundo con tal de salir de aquí. Desde entonces he comido y he rezado numerosas veces, todos los días, la verdad. También me he vuelto a encontrar a mi misma y vi que no me había ido muy lejos. Encontré las fuerzas de nuevo para luchar gracias a la ayuda que recibí y que recibo. Hoy, sigo queriendo ir al fin del mundo, pero ya no en solitario. Hoy, puedo decir que como, rezo y...amo. Porque te amo a ti más allá de lo que las palabras alcanzan a describir; y sí, me supone un miedo horrible, tengo miedo a muchas cosas, pero estoy segura de mí, segura de ti, segura de nosotros.