miércoles, 19 de agosto de 2020

Comienzos [fragmento].

 [Sus ojos, cargados de asco y desprecio, le devolvían la mirada a través del espejo mientras contemplaba su cuerpo desnudo, sus estrías, sus cicatrices, su flacided... todo lo que siempre había odiado. ¿Cómo alguien iba a poder mirar aquello y sentir deseo? ¿Quién podría amar a alguien como ella? Preguntas que se repetían una y otra vez en su cabeza, como una música de fondo que trataba de ignorar pero que, a veces, se convertía en la melodía principal, recordándole que sus fantasmas seguían ahí y que por mucho que corriese no iba a dejarlos atrás. Las lágrimas ya rodaban por sus mejillas, calientes y saladas, pese a que ella se sentía helada; su eterno ritual de ahuyentar a los fantasmas mediante el dolor pugnando por ser realizado y ella, deseosa de que esos sentimientos desapareciesen, posó la mano en su estómago, dispuesta a arañarse hasta sentir otra cosa, lo que fuese, pero en el último instante se detuvo, recordando las palabras del psicólogo: "¿y si la próxima vez pruebas a sentir amor?". Dudó, pero necesitaba hacer algo desesperadamente o caería en lo profundo de su depresión, estaba segura, así que en vez de procurarse una salida mediante el dolor, se abrazó a sí misma, con fuerza, como si de esa manera pudiera mantenerse unida a sí misma, con la sensación de que si se soltaba se rompería en mil pedazos imposibles de rearmar. 

Y algo diferente ocurrió.

Su niña interior, esa parte de ella que permanecía escondida en el fondo de su ser por miedo a ser dañada más veces, acudió a su abrazo y se fundió con ella, uniéndose por primera vez. Las lágrimas manaron con más fuerza pero esta vez fue como una catarsis que entibiaba su cuerpo a su paso, hasta sentirse viva y en calma. Cerró los ojos y disfrutó de la sensación de sentirse amada por ella misma, una sensación nueva y reconfortante. Tenía miedo de abrir los ojos y que todo desapareciese, pero no fue así; todo ese amor seguía ahí, como un escudo protector que impedía que todo ese desprecio la envolviese, sustituyéndolo por aceptación.

Poco a poco fue soltando su abrazo, dándose las gracias a sí misma, tal como le habían enseñado. Al terminar, todo estaba tranquilo, ella seguía en calma, mirándose con nuevos ojos. Había ganado la batalla, los fantasmas se habían alejado, pero seguían ahí, esperando; y ella sabía que volverían pero ahora también sabía cómo ahuyentarlos sin lastimarse a sí misma una vez más. No era ingenua, sabía que esos fantasmas eran el producto de su propio boicoteo, un sabotaje que siempre se causaba cuando sentía que todo iba bien, una forma de volver a la zona de confort en que se había convertido la enfermedad. Hacía un tiempo que la resignación había sido sustituida por el enfado, una emoción que le ayudaba a lidiar mejor con esa parte suya tan dañina y que le había hecho despertar y querer salir de todo eso con más ganas. Pero todavía había muchas veces que tropezaba y la tristeza la invadía, las lágrimas le ayudaban a limpiarse de todo ese negativismo que la envolvía y acababa de aprender a aceptarlas, por mucho que las odiase. Odiar... algo muy presente en su vida hasta ahora; hoy había descubierto cómo desestabilizar al odio, había visto como desaparecía a causa de un nuevo sentimiento: el amor hacia sí misma, el primer paso para poder aceptar que merecía ser amada y que, de hecho, ya lo era, por mucho que su parte enferma tratase de sabotear todo eso. Sabía que había gente que la amaba y que estaban esperando a que ella se recuperase, pero también sabía que para eso tenía que aprender a quererse a sí misma, y hoy, había comenzado a hacerlo.

Era un avance, un pequeño paso en el camino por ganar la guerra que luchaba contra sí misma, contra la enfermedad que amenazaba con arrastrarla y a la que ella se resistía con todas sus fuerzas. Era una lucha contra sus creencias, su inseguridad, su personalidad... en definitiva: contra su propia mente.

Y estaba dispuesta a ganar, había elegido la parte difícil, la que significaba batallar, pero el premio era su felicidad, su salud mental, algo que ahora sabía que nunca había logrado verdaderamente, pero que con cada paso, por pequeño que fuese, sentía más cerca. Se dio la vuelta, dejando atrás su reflejo y sintiendo el amago de una sonrisa en sus labios mientras se repetía lo que ya se había convertido en su mantra:

"Eres perfectamente imperfecta... pudiste, puedes y podrás.]


Cómo sentir amor hacia uno mismo y hacia los demás | MACHE blog


**Derechos de autor**

**Imagen de Sunshine Pics - Fotolia.com**


martes, 4 de agosto de 2020

Verano Covid

Parece que fue ayer cuando saltó la noticia de que el coronavirus había llegado y, sin embargo, ya va casi medio año, apenas un suspiro en el tiempo. 
No puedo evitar pensar en el sufrimiento de muchas personas que han visto su vida trastocada de la noche a la mañana por un virus, un virus que solo podemos parar entre todos... y aún así lo hacemos mal.
¿La mascarilla te molesta? A todos nos molesta, pero prefiero eso al respirador de la UCI. 
Creo que una de las cosas más duras ha sido estar separada de mi pareja, y aún así soy consciente de la suerte que tengo, de que soy afortunada porque mis seres queridos están bien. 
Está siendo un verano diferente, un verano en el que echo de menos poder pasear y tomar algo sin ningún temor, quedar con la gente y abrazar a mis amigos. Extraño la playa, los viajes, las escapadas de un día sin restricciones. Extraño lo que antes tenía y no era consciente de su valor.
Esta pandemia ha sido dura en más de un sentido, sobre todo a la hora de convivir conmigo misma. Me cuesta salir de casa siempre, aunque parezca que no, pero es una forma de ahuyentar mis demonios, porque sé que si me encierro durante varios días después solo voy a querer seguir en casa. Es algo que noto en mi ánimo, en ese cansancio que se instala en mí invitándome a quedarme en la cama... Y la cuarentena ha hecho que evitar esto y no dejarme llevar por mis demonios sea una lucha agotadora
Todos lo hemos pasado mal.
Después de tanto tiempo sin escribir, solo quería deciros que espero que estéis bien, que un día más es un día menos para que acabe esto y que no olvidéis poneros la mascarilla y mantener la distancia ❤️