San Fermín por Martita_

Buenas tardes pequeñas criaturas!!! Ya se acerca el finde y después de un tiempo desaparecida tostandome al sol he vuelto para contaros mi experiencia en San Fermín. La verdad es que solo merece la pena ir si os gusta el desfase a tope. Aunque hubo algo que empañó mi dicha y fue el pedazo de gilipollas que se creyó con derecho a meterme mano y al cual le rompí la nariz de un puñetazo. Lo gracioso es que trató de denunciarme pero suerte que hay policías comprensivos y la denuncia por acoso se la llevó él.
Es cierto: visto provocativa. Pero eso no da derecho a nadie a tocarme sin permiso, me visto para mí, no para ti, no es no. Y seguiré rompiendo narices y defendiendo el feminismo a tope mientras haya retrógrados que se crean con derecho a tocar a una mujer por su forma de vestir. Coño, yo veo un tío sin camiseta y no voy a manosearlo!!! Pues eso, ahí os dejo mi anécdota de Pamplona y os deseo un buen finde con muchos besis de chocolate!!!

La familia que elegí ❤

Han pasado unos días desde el sábado pero no podía dejar pasar la oportunidad de dar las gracias a dos personas muy especiales:
En primer lugar a Víctor, gran amigo de los que apenas quedan, que se curró la fiesta de mi cumpleaños aunque al final la gente fallase. Te agradezco tu esfuerzo, en serio, no te preocupes porque no saliese como esperábamos porque estuve con dos de las personas que contribuyen a mi felicidad. Ya son un par de años de amistad y solo me arrepiento de no haberte conocido antes, porque vales muchísimo, como persona y como amigo. Eres el mejor y espero tenerte siempre en mi vida. Así que mil gracias.
La otra persona es mi compañera de batallas, mi mejor amiga, mi Reina. Gracias por hacer la noche especial y recordarme que aunque estemos tiempo separadas nada cambia.
Gracias a ambos por el regalo (que estoy deseando estrenar) y por aguantarme. Si de algo me di cuenta el sábado es de con quién puedo contar y agradezco que sea con vosotros, mis chicos.
Me siento decepcionada con algunas personas en concreto por ese día, pero creo que ya han sido demasiadas veces las que he callado y aunque no voy a decirles nada tampoco voy a dejar pasar más. Todo el mundo piensa que no me enfado cuando en realidad me trago la ira y eso solo conlleva que me destroce a mi misma pero he decidido que ya basta, puede que pierda amistades (si se van sabré que no eran amigos) pero no voy a tragar más, estoy cansada...

Solo me queda decir: ¡¡¡arriba las tres Marías (Caca, Mierda y Porquería)!!!

Gris.

Hoy me ha tocado un día gris. Siento ese nudo en la garganta, esas ganas locas de llorar... Y no encuentro el motivo. O tal vez el motivo soy yo misma, que hoy me siento gris, desanimada. Hoy siento que todo lo hago mal: en familia, en pareja, en amistades... Siento que solo meto la pata una y otra vez. Hoy no puedo ayudar a nadie porque no soy capaz de ayudarme a mí misma. Ni siquiera mi parte enferma me habla hoy, está muda, dejando el protagonismo a la tristeza, a las ganas de llorar entre unos brazos durante horas y que me engañen y me digan que todo va a ir bien, que todo va a ser rosa y no gris, que jamás voy a estar sola, que no voy a perder a nadie más. Y sé que nadie puede prometer cumplir eso, que somos humanos, pero hay días... Días grises, como hoy, que necesito oírlo y creer, creer en que todo se puede.
Ya noto las lágrimas, abundantes como la lluvia que cae a través de mi ventana, pero no limpian, ni alivian, solo me transmiten un sentimiento de inutilidad.
Porque hoy es un día gris, y mañana... Mañana ya se verá.