martes, 12 de septiembre de 2023

Mientras (me) olvidas

Quisiera poder detener el tiempo. Agarrar las agujas del maldito reloj e impedir que las horas avancen, que los segundos dejen paso al olvido.

Te marchas, tu mente vuela lejos de mí y cada vez me cuesta más traerte de vuelta. Trato de atrapar tus recuerdos pero estos se escapan entre los huecos de tu memoria mientras yo me quedo aquí, deseando poder encontrar algo que me permita ganar una guerra que desde el minuto uno estaba perdida.

Mientras (me) olvidas me quedo observando impotente como tu luz se apaga, como dejas de ser tú, sin entender porqué está pasando esto, queriendo cerrar los ojos y ser yo la que olvide que esto es real. Imaginar que es una pesadilla y que cuando despierte nos quedará todo el tiempo del mundo por delante para crear recuerdos que no se desvanecerán a cada rato.

Te asustas de la oscuridad que empieza a habitar en tu memoria y me pides respuestas que no tengo. Soluciones que aún están por inventar. Busco en mí una valentía que tal vez nunca existió, una fuerza que se resiste a aparecer, una versión de mí misma que me permita ser ese soporte que ahora necesitas, ese faro en medio de las brumas de tu olvido.

Mientras (me) olvidas me he convertido en una atesoradora de recuerdos que vive con el miedo de dejar escapar algo, de arrepentirse de no haber exprimido cada minuto de este tiempo de descuento.

Mientras (me) olvidas maldigo a esta enfermedad, le grito que no es justo y trato de mantener en tu memoria todo lo que me has enseñado. Nuestras excursiones, nuestra parada obligatoria en el kiosko, las patatas en la comida, las mañanas en el videoclub y las tardes de películas, esas que me grababas y que yo luego veía una y otra vez. 

Los discos sonando en el coche, esos que tanto odiabas pero que por verme cantando feliz ponías una y otra vez hasta que terminábamos cambiando a Fondo Flamenco y RBD por The Beatles y entonces era yo la que disfrutaba de tu sonrisa.

Las calles de Bilbao llenas de anécdotas de tu infancia, esas que rescatan tu acento vasco y ponen un brillo especial en tu mirada. Las vacaciones en el camping, visitando lugares junto a ti. Los paseos en coche, siempre dispuesto a llevarme porque eso significaba vernos. Tu preocupación y tus abrazos cuando estaba perdida, tus preguntas y tus consejos siempre tratando de ayudarme.

Tus chistes malos y tu risa aunque fuese la décima vez que los escuchabas.

Las llamadas diarias a las dos y los te quieros al colgar...

Toda una vida. 

Y yo tratando de ganarle el pulso al tiempo hasta que mi nombre desaparezca de tus labios. Hasta que olvides quién soy o quién eres tú. Hasta que olvides qué significa nuestro te quiero del mediodía.

Pero a pesar de todo esto sé que hay algo que nunca podrá arrebatarme tu enfermedad, y eso es mi propio recuerdo. Todo lo que significas para mí, todo lo que hemos vivido.

Me olvidarás pero yo seguiré recordando que eres una de las personas que me dio la vida.

Olvidarás que me quieres y que te quiero pero yo no dejaré de hacerlo por los dos.

Dejarás de pronunciar mi nombre pero seguiré sosteniendo tu mano entre las mías y te guiaré cuando olvides el camino.

Mientras (me) olvidas yo tejeré una red para sostenerte, guardaré tu memoria como un tesoro y recordaré por los dos.

Mientras (me) olvidas te abrazaré fuerte para mantenerte aquí conmigo, robándole al tiempo todos los momentos que pueda.

Mientras me olvidas yo te recordaré, papá.