domingo, 4 de abril de 2021

Reír, recordar y... olvidar.

En mi familia materna siempre ha habido personas con buena voz para cantar, de hecho, mi madre es una de ellas, aunque casi nunca la oirás cantar a no ser que esté muy feliz.
Ayer volví a oír su voz cantando esas estrofas que no había vuelto a escuchar desde que mi abuela murió.

"...Son tus perjúmenes, mujer
Los que me sulibeyan..."

Estábamos en familia y quien me conoce sabe que cantar y bailar me da mucha vergüenza, es algo que me cuesta mucho, pero fue oírla y todos la seguimos.

"Siempre que te pregunto
Qué, cuándo, cómo y dónde
Tú siempre me respondes
Quizás, quizás, quizás..."

Mis sobrinas nos miraban como si nos hubiésemos vuelto locos, y a lo mejor lo estábamos, pero ver a mi madre reírse así después de verla día tras día sin ganas de otra cosa que no sea estar en la cama, fue un soplo de aire.

"Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez..."

Podía ver el brillo en los ojos de mi padrastro mientras la sacaba a bailar, la emoción de mi tío y la felicidad de todos nosotros mientras reíamos, cantábamos y recordábamos todas esas veces en las que animábamos a la abuela a cantar, ella se resistía y al final terminaba por hacer de directora de orquesta hasta que la ocasión se convertía en nuestra fiesta particular.

"A mí, me gusta el pipiripí pipí,
con la bota empinar parara papá,
con el pipiripí pipí
con el paparapa papá..."

Reímos, cantamos, bailamos, recordamos y... olvidamos.
Sí, olvidamos.
Olvidamos todo lo malo por unos instantes, dejamos atrás todos los problemas, el dolor y cualquier cosa negativa que hubiese. Siempre hay que volver a la realidad y dicen que todo lo bueno se acaba, pero a pesar de que mi madre hoy volvía a estar mal, mientras escribo esto puedo escuchar como antaño la música que suena desde la cocina y eso, amigos, eso es...

VIDA.

"Beso a beso me enamoré de ti,
Beso a beso me enamoré de ti
y jugando al amor nos encontró."