Hay familia que no es de sangre.

 Hermanos. No me hizo falta compartir sangre con vosotros para sentiros como tales. Y actualmente sigue siendo así, a pesar de la distancia impuesta a propósito. Hoy quiero felicitar a dos personas que sí comparten entre ellos el vínculo de hermanos pero que no dudaron en tratarme como si yo también lo fuese desde el primer momento. Y como lo prometido es deuda, aquí van vuestras felicitaciones por separado:

A mi Supermán, mi héroe favorito, creo que me has sacado de tantos líos que es imposible llevar la cuenta. Tantos, como chicos has espantado. Todavía recuerdo el puñetazo que le diste al imbécil que me llamó gorda... Siempre me has defendido. Son demasiados momentos a tu lado, demasiadas risas y también noches llorando en tus brazos. Sé que ha habido instantes complicados, pero uno de los que siempre recuerdo es el último, cuando hace apenas un año y tras meses sin vernos apareciste en el hospital, con tu bata blanca (como te gusta presumir desde que eres médico) y con tu super frase: le has echado ovarios a la vida hasta ahora así que no vale rendirse por esto hostia puta. Ahí supe que mi hermanito, ese que decía palabrotas mientras me abrazaba, no había desaparecido. Así que gracias por ayudarme a encontrar esas fuerzas siempre.

Y ahora a ti, mi soda, mi gaseosa, el eterno sonriente. Gracias por cada cosa que no se puede contar, por cada noche mirando al cielo y recordando a nuestras estrellas, esas que siempre brillan. Gracias por sostenerme, por no dejar que me apagase y, sobre todo, por darme el regalo más grande: mi ahijada.

Muchas felicidades hermanitos (dijimos sin foto y sin foto será por nuestro bien xD), aunque apenas nos veamos espero que sean muchos años más. ❤