Otra dosis de nuestro Enigma68: entre sábanas.

¿Qué fue lo que te dije? Que yo siempre cumplo lo que digo, y dije que no te besaría hasta que tú no lo hicieses primero. Y esta noche te tengo para mí, ha pasado de ser un sueño a ser real, y sé que me pones a prueba pero me encanta jugar. Te he recorrido la clavícula con los dientes y he sentido cómo temblabas, deseando más. No, preciosa, no hay más, esta noche no. Te abrazo por la espalda, pensando que notarás que cierta parte de mi cuerpo va a estallar, y es que ¿a quién no le excitaría tenerte en su cama con una de sus camisetas cómo pijama? Pero esta vez algo ha cambiado, noto que mi corazón también quiere estallar de dicha, porque no cambiaría esta noche por ninguna otra de sexo, porque esta es especial y mi respiración se acompasa a la tuya, y me duermo, sin duda consciente de mi fortuna, del tesoro que duerme entre mis brazos...