Concurso

[Debo hacer un inciso: este texto es un fragmento del que presentamos al concurso de fotografía con relato, en el cual hemos quedado segundos. Espero que os guste... Martita_]

En la sociedad actual, cada vez se están imponiendo más los cuerpos "reales" pero ¿acaso hay alguno que no lo sea? ¿No debería cada persona sentirse orgullosa de ser como es? Delgado, con curvas... lo importante debería ser la salud. Seamos sinceros, la perfección no existe o, al menos, lo que la mayoría de la gente considera perfección. Sí existe en cambio la belleza y para cada persona adquiere un significado diferente.
Cuando le pedí que posara para la foto, se mostró dispuesta pero llegado el momento vi como se encogía y enseguida supe que ella había sido víctima de esa perfección. Contemplé sus cicatrices, tanto las físicas como las que se escondían un poco más; las marcas de una guerra emocional. Cogí su mano y la llevé hasta donde daba el sol, que hizo relumbrar su piel. Un sentimiento extraño para mí me hizo alzar la mano, pero ella se apartó. ¿Acaso me rechazaba? Me perdí en sus ojos, desentrañando el misterio. No, no me rechazaba a mí, se rechazaba a ella misma, sentía repulsa. No veía lo mismo que yo, no veía la hermosura que mis ojos estaban viendo.
- No tengas miedo -susurré-.
Volví a intentarlo y esta vez no se apartó. Acaricié su abdomen, sus costillas y sentí como temblaba bajo mi contacto.
- Eres hermosa.
Sus ojos me miraron, asustados, pero fui un paso más allá. Me incliné y besé sus cicatrices, despacio, sintiendo como se estremecía de nuevo...
Vi sus lágrimas deslizarse por sus suaves mejillas y me pregunté quién habría dañado a alguien tan lleno de luz hasta el punto de sentir miedo de que la toquen, de pensar que no merece ser amada...
Dulce criatura, eres hermosa, ojalá algún día sanen tus heridas...

Fotografía y texto: I. Berdejo.
Edición: M. Morral.
Modelo: A. Salueña.