domingo, 5 de noviembre de 2017

Vida revuelta

Últimamente me cuesta dormir. Y sonreír. Ha empeorado mi lenguaje y mi humor y no me gusta esa parte de mí misma. Mis manos tiemblan y sé que es del estrés, el estrés de saber que en esto me he metido yo por impulsiva, que tengo que contar cada céntimo y pensar en tener suficiente comida para la semana. Porque si no como me desmayo, eso ya me quedó claro. Ayer fue el primer día que hice todas las comidas completas y mi estómago se sintió raro aunque el cansancio también tiene que ver. Y las preocupaciones: prima, sobrinas, madre, amigas, pacientes...  Mi cabeza no da para más y necesito pensar en mí, YA. Ahora mismo solo quiero refugiarme en los brazos de la persona que amo y desconectar, pero estamos a 700km. A finales de mes podré hacerlo pero este mes presiento que se me va a hacer eterno...

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