miércoles, 20 de septiembre de 2017

El final del verano

Llega el final del verano y, con él, algún día malo. De esos que te apetece quedarte debajo de las mantas y que te abrace fuerte esa persona que amas. De esos en los que no te aguantas ni tú y tienes que morderte la lengua para no estallar contra quien no lo merece.
Son días en los que sientes que estás cansada, los ojos se cierran solos y todo da vueltas. La ansiedad aparece y la enfermedad asoma su cabeza y te miras al espejo, con la tentación de pensarte y torturarte un rato. Con ganas de comprobar si los huesos siguen ahí o es todo grasa. Pero no lo haces, eres más fuerte que eso y sabes que mañana te sentirás orgullosa.
Y aunque el día se haga eterno, siempre termina, y si es necesario dejas escapar unas lágrimas para liberar la tensión y, por fin, dormir hasta que salga el sol de nuevo. Y dar las gracias a la persona amada, que siempre está ahí, aunque sea insoportable mi humor a veces.

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