Estás algo acelerada pero mi voz parece calmarte y sigo hablando. Te cuento la sensación de alivio que me recorrió al recibir ese mensaje anoche, esas tres palabras que decían que estabas "fuera de peligro", de mis lágrimas de felicidad. Te hablo de mi próximo viaje, de cómo muchas dicen que debería quedarme por ti pero yo sé que tú querrías que me fuese; te hablo de mi comida familiar y de unas pocas cosas más. Hasta que llega el momento de irme y entonces te recuerdo que no puedes rendirte, que estamos juntas en esta lucha. No podemos soltarnos y para eso tienes que vivir. Ambas lo lograremos.
Te dejo toda la fuerza del mundo, mi chica, nos vemos pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario