martes, 14 de junio de 2016

Donde más les duele.

Hoy tenía que hablar de mi libro desde la perspectiva de mi experiencia con la sanidad. Me pidieron sinceridad e incluso que fuese crítica. Pero no me han dejado. A cada momento que he dicho algo que no era de su gusto, han saltado como leones hambrientos. Creo que he estado a punto de irme al menos tres veces hasta que la voz de mi querido doctor de Pamplona ha dicho que porqué no dejábamos de hablar de enfermos y hablábamos de personas. A pesar de lo mal que me lo hace pasar a veces, lo he adorado cuando ha dicho eso. Hasta que ha empezado con sus preguntas pero me alegra saber que le ha gustado lo que he respondido.
He acabado y el aplauso transmitía el pensamiento de: pobre niña, esto le viene demasiado grande. Pero por suerte algunos de los presentes me han dicho que estaban de acuerdo, que se iban a leer el libro o que ya lo habían leído y que cuando acabe la carrera me esperan. Algo es algo.
Señores... Si no están preparados para oír la verdad, no la pidan.

1 comentario:

  1. No te des mal, el que sepa apreciarlo merece tu atención y el que no que le den morcilla.

    ResponderEliminar