viernes, 8 de abril de 2016

Toca volver a casa.

Es increíble cómo puedes acostumbrarte a algo en tan poco tiempo pero en estos días para mí ya era algo normal tener las visitas del doctor A. varias veces al día. El día 20 tengo que volver. No sé muy bien definir esta experiencia porque estoy tratando de chequear lo que siento y es difícil. Tal vez esperaba salir curada (ok, no) pero lo que no esperaba era salir tan mal, con las cosas claras pero mal. Sé que la forma en la que me veo en el espejo no va a cambiar de la noche a la mañana pero también sé que la imagen no es real. Eso me genera un conflicto interno. Quiero adelgazar pero sé que no debo. Quiero curarme y a la vez no me entran en la cabeza palabras tales como delgada o... Anorexia. Palabras con las que he convivido muchos años pero nunca de una forma tan cruda, aplicadas a mí misma. Siempre estaba en un extremo u otro. O me veía normal pero tenía que dejar hábitos dañinos o estaba enferma y no veía las cosas. Ahora estoy en medio. Razono pero no veo algunas cosas. Creo que es el momento más difícil de todos, me siento como una equilibrista al borde de un precipicio. Tengo que luchar a cada momento contra mí misma para hacer lo correcto y no siempre gana la parte racional. Pero llevo mucho tiempo sobreviviendo, ahora es momento de aprender a vivir, de ser un poco egoísta...
Es momento de aprovechar que he logrado romperme para reconstruirme. Es momento de ver quién está y quién es mejor que se vaya. De ver en quién se puede confiar y, sobre todo, de crear una armadura con la que no puedan jugar tan fácilmente.
El momento de ser una guerrera.

4 comentarios:

  1. Con que estés bien me conformo, lo de guerrera. . Ten cuidado no te cierres otra vez lofff

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  2. Me alegro mucho de que estés de vuelta y tengo muchas ganas de darte un abrazo.

    Te quiero mucho.

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