lunes, 29 de febrero de 2016

La entrada más sincera.

Sé que no es habitual hacer dos entradas tan seguidas pero teniendo en cuenta los comentarios y algunos mensajes, me ha apetecido...
Dedico esta entrada al amor, a la persona que en un futuro quiera estar en mi vida.

Estoy rota pero a la vez reparada. Morí un verano y renací un invierno. Aquí se ha mencionado mucho mi verano pero os aseguro que realmente solamente una persona sabe todo lo que se me pasó por la cabeza, y esa persona tiene que guardar secreto profesional. Este verano me sentí morir, no sólo por la ruptura sino por la tormenta emocional que pasé con la operación y otros problemas. Este verano me dejé caer hasta el punto de coquetear con la idea de morir varias veces. Mi mente enfermó más que nunca pero luché.
Y en esa lucha me esforcé por creer en alguien y de nuevo me hicieron daño, descubrí que los amigos pueden volverse desconocidos, supe cómo se lleva una casa y lo que es ver morir a alguien sin poder hacer nada con su dolor excepto sostenerle la mano. Tuve dudas sobre mi futuro, dudé de todo en realidad. Pero me levantaba y sonreía a todos. Como un maldito robot. Me sequé, me quedé sin lágrimas y me volví fría como el hielo hasta que me di cuenta de que el hielo también quema. Igual que queman las heridas en la garganta cuando te fuerzas a vomitar. Sentí tal asco de mí misma que no podía dejar que me tocase nadie en la intimidad. Pero también llegó alguien que sin darse cuenta rompió ese miedo y me hizo volar, alguien que me besó las heridas y que estuvo de paso.
Así que sí, recuerdo el verano pero también recuerdo el invierno. Recuerdo que me he levantado una y otra vez y que he luchado hasta lograr una sonrisa sincera, hasta lograr ponerla en las fotos. No he dejado de creer en el amor y no me he avergonzado de sentir, por mucho que duela. No me arrepiento. He unido cada pedacito de mí hasta volver a nacer pero también es cierto que todavía sigo rota, pues en ocasiones todo se tambalea. Porque todo tiene sus consecuencias y la parte de mí que era una niña, que tanto conservaba, se perdió en verano y no ha vuelto... Pero a cambio he de decir a esa persona que un día esté en mi vida que cuando quiero, quiero con todo el corazón, que no dejaré que se rompa si puedo evitarlo, que espero volver a soñar pero que no tolero los juegos. He aprendido, no he eliminado mis demonios pero sí los he domado aunque a veces se rebelen. Y, sobre todo, tengo conciencia de que soy fuerte y que lucho por lo que quiero.

2 comentarios:

  1. Creo que es la mejor entrada que has escrito cariño no tengo palabras ni imaginación para saber lo que has pasado.

    ResponderEliminar
  2. Mija escuche a su corazón pero también a su cerebro por separado son poca cosa pero juntos son sabios y vos ya sabes la respuesta en el fondo solo tenes que escuchar

    ResponderEliminar