Cosas que admitir.

Tendemos a celebrar nuestros triunfos pero es igual de importante admitir nuestras derrotas, y hoy ha sido una caída en picado.
No tengo ningún problema en decir que estoy enferma, es algo que he asumido, pero ahora tengo que querer curarme. Poca gente entiende lo difícil que es salir de esto, las ganas de quedarse en la cama, de no hacer nada, sentirte una mierda y notar la ansiedad atenazando tu garganta. Tu vida se basa en números, putos números que indican un peso con el que jamás estarás conforme. Y es que el problema no es el peso, el problema eres tú, que estás jodida de mil formas distintas y tienes miedo de estar bien, porque tal vez no te lo mereces...

Y en medio de tu oscuridad brilla una pequeña luz. Son esas personas que también están luchando, que sobreviven porque vivir es demasiado pedir, pero que te entienden. Y acudes a su lado, y te abrazan y sientes que con ellas eres tu misma y deseas quedarte en esa zona de confort por siempre, pero es imposible.
Y luego están las personas que te sostienen, que te ayudan a levantarte, que tratan de entender y cuando no lo logran te abrazan fuertemente intentando armarte de nuevo, intentando aplastar el dolor.
Sean unos u otros, todos te dicen la verdad, por muy dolorosa que sea, pero es una verdad necesaria, un enfrentamiento con la realidad...
Y sabes que mañana será otro día, que hoy caíste pero ya estás en cuclillas y puede que mañana logres ponerte en pie, aferrada a ese rayo de luz.

[Andy]