jueves, 24 de noviembre de 2022

Perdida y agotada, pero LIBRE

 Estoy en una de las épocas más cambiantes y complicadas de mi vida, una época de tomar decisiones difíciles para poder avanzar en mi proceso de cambio hacia la versión de mí que quiero ser. No sé muy bien quién soy ahora, me encuentro con un "yo" que no reconozco, una Andrea que por fin ha salido de todo lo que supuso el TCA, encontrándose con una depresión después y que ahora anda perdida, intentando recomponer todas esas partes que después de tantos años de lucha están desperdigadas. Tal vez esa sea la definición perfecta: perdida. Y agotada en cierto modo. Han sido casi 15 años luchando contra un trastorno que casi me destruye por completo, 15 años de maltrato hacia mí misma, de autoboicot, de odio. Pero he salido del infierno y ahora más que nunca cobra sentido la frase de tocada pero nunca hundida, porque tocada estoy un rato. Y es que el trastorno y un pasado solo procesado a medias han dejado marcas en mí, heridas profundas que he decidido curar. Y para curarlas he tenido que abrirlas por completo y dejar que sangren. Y eso duele. Mucho.

No sé si lo estoy haciendo en el momento más adecuado pero sí tengo claro que es ahora o nunca, y ese nunca significa quedarme con esta versión de mí que tan poco me gusta. 

Tengo tantos frentes abiertos que siento que no puedo asumir más, pero siempre se puede, aunque conforme añado más cosas voy sintiendo que estoy llegando a mi límite, un límite que no tengo claro dónde está ni qué pasará si lo rebaso.

Prometí cuidar a mi niña interior y no pasar por encima de mí misma nunca más y sigo incumpliendo mi propia promesa. He mejorado, sí, pero no es suficiente.

El hecho de tener que tomar decisiones difíciles hace que me agote, pensando en todas las posibilidades. Y sí, sé que lo ideal sería no anticipar nada, pero necesito sentir cierto control, cierta seguridad, para mí todavía es pronto para saltar sin mirar si abajo hay agua o cemento, todavía necesito tener cuidado, todavía existe ese miedo a que la recuperación sea un sueño y caiga de nuevo.

Y aún así, a pesar de todo esto, a pesar de que no sea fácil, a pesar de sentirme agotada y perdida, por primera vez en 15 años siento que el control de mi vida lo tengo yo y no la enfermedad. 

Y eso, por mucho que duela a veces, es liberador.


No hay comentarios:

Publicar un comentario