Perfectamente imperfecta

Mi intención no era ser perfecta... Bueno, para qué mentir, en realidad sí, lo era. Lo sigue siendo. Pero ahora una voz (la razón) me grita que es imposible.
Ha sonado el despertador y me he levantado a la primera, sorprendida de lograrlo. Pero conforme me voy preparando para salir otra voz se intenta imponer, la voz de mis demonios: ¿Y si me voy una hora más tarde? No, sé que no me levantaré si me vuelvo a echar. ¿Y si anulo lo de esta tarde?  ¿Y si anulo todo? ¡NO! Ya he faltado a varias clases esta semana por la excusa de que me encuentro cansada o, bueno, no es una excusa, es que realmente estoy cansada pero mentalmente. Solo pienso en meterme en la cama y taparme hasta la cabeza, porque sé que solo así desconecto. Pero ahora hasta eso empieza a fallar. ¡Maldita la voz de la razón!
Sonrío, porque he conseguido salir de casa. Supongo que mis demonios y yo a veces compartimos esta especie de amistad, a veces me permiten salirme con la mía... ¿Mis demonios? Já,  mi mayor demonio, al fin y al cabo, soy yo misma...
...Perfectamente imperfecta.