Diez años. Hoy hace diez años que te dije adiós aunque no sé si realmente alguna vez me despedí de ti. He sentido todo tipo de emociones en esta década:
Negación porque no podía ser que ya no estuvieras a mi lado.
Rabia porque solo disfrutamos de dos años de amistad.
Tristeza porque jamás tendría tus abrazos de nuevo.
Y, finalmente, aceptación.
La aceptación de que tu momento llegó, era tu turno de descansar en paz y el mío de aprender. No hay día que no me acuerde de ti, mi estrella. El dolor se ha ido diluyendo pero tu recuerdo es imborrable y permanece en mi corazón. Quisiera verte, volverte a abrazar, contarte lo que pasa por mi mente y que me des una de tus soluciones mágicas, pero ya no estás y he tenido que aprender a vivir con eso. Ahora mismo yo debería de estar intentando sonsacarte lo que estás preparando por mi cumpleaños mientras te digo que no quiero nada y tú me ignorarías porque sabes que en realidad me hace muchísima ilusión y adoro las fiestas con amigos. Probablemente te habrías compinchado con mi chico, lo habrías convencido de cualquier cosa! Harías que todos se llevasen bien por un día.
Sé que me estás cuidando, que eres mi ángel, mi estrella que más brilla y que lo serás hasta el día que nos volvamos a encontrar.
Después de diez años tengo que pedirte perdón. Perdón por faltar a algunas de nuestras promesas, incluso recientemente. Perdón por haber flaqueado a veces y no haberme querido lo suficiente, por haberme perdido por el camino, te prometo que estoy en mi propia busca todavía.
Ahora mismo sé que me perdonas y que me animas a seguir. Sé que estás con Pandora y que juntas me dais la fuerza que necesito aunque tú me dirías que esa fuerza me la doy yo misma.
Perdóname por no llevarte grabada en mi piel aunque te llevo en mi alma, por llorar mientras escribo esto cuando prometí estar feliz por todo lo que vivimos (ya sabes que soy una llorica).
Mi mejor amiga, mi hermana, mi estrella... Mi Tuki... Esto es para ti.
Te quiero,
Peque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario