Van pasando los días y me doy cuenta de que el dolor sigue ahí, suelo sobrellevarlo pero a veces un instante viene acompañado de una punzada que me deja sin respiración y recuerdo que ya no estás, que nunca más volverás.
Hace una semana que me han operado y siento que desde donde estás me das fuerzas para no flaquear pero no es lo mismo; he extrañado tenerte sentada en mi cama de hospital, que me traigas mil crucigramas para que me distraiga, que estés ahí diciéndome que me sostienes, que me puedo apoyar en ti. He extrañado verte comiendo lo mismo que yo solo para que no me sienta tan sola, que me digas que es bueno que hable de mis miedos y me animes a hacerlo y que cuando esté mal me abraces y me dejes llorar sobre tu camiseta verde favorita aunque se encoja.
Te echo terriblemente de menos Pandora, mi Parabatai.
¿Sabes? Me encantaría contarte muchas cosas, poder decirte que me siento muy cuidada desde la distancia por la persona que más amo, que estoy cada día más enamorada y que me siento correspondida. En ocasiones creo que te apareces en sus sueños para decirle que sea mi ángel en la tierra. Ojalá pudieses estar para ver lo feliz que me hace compartir mi vida con él y cómo cada vez que veo un mensaje suyo se me ilumina la cara como el primer día.
Pero no estás.
Sigo luchando, seguiré haciéndolo.
Cuídame Parabatai.
No hay comentarios:
Publicar un comentario