miércoles, 11 de marzo de 2020

Monstruos.

Miedo.
Llevo mucho tiempo sintiendo miedo por todo, a cada momento: por mi salud, por quedarme sola, por no saber seguir... Por perderlo todo.
Pero también me he dado cuenta de la función de ese miedo: protegerme, aunque de una manera tóxica para mí. Siento que es la forma en que mi mente trata de evitar los cambios, de evitar que algo escape a su control y pueda salir mal, y así solo consigo el resultado que más temo, el fracaso absoluto.
En el afán que yo misma tengo por protegerme con ese miedo, también aparece el temor a que todo vaya bien y por ello soy experta en autoboicotearme. ¿Para qué darme permiso para sentirme bien si luego puedo caer? Ahora estoy en el hoyo y me he acostumbrado a esta mierda, pero mi miedo es salir a la luz, sentir la plena felicidad, creer que todo va bien y que, de repente, todo cambie y vuelva a tropezar y a caer por este precipicio tan familiar. Llevo mucho tiempo luchando y ya no voy a hacerlo más; no, no es que me haya rendido, ni mucho menos, es solo que he llegado a la conclusión de que la solución no es luchar conmigo misma sino aceptar esa parte de mí y averiguar cómo desterrar esos miedos. No se trata de una guerra contra mi parte enferma, sino de aprender que forma parte de lo que soy y cambiar lo que no me guste usando el autocuidado y el respeto por mí. Acabo de empezar una terapia nueva y siento que es la última. Sí, sé que siempre he dicho eso pero tenía la creencia de que había más oportunidades, ahora sé que no es así, que o cambio ya o no avanzaré hacia la luz.
No me rindo, a pesar de no saber cómo lidiar con mi propio infierno, tengo la motivación y la fuerza necesarias para salir victoriosa, incluso aunque ahora mismo no lo crea, sé que acabaré haciéndolo.

Porque pude, puedo y podré.
Y sé que tú también. ❤️

No hay comentarios:

Publicar un comentario