Amigos.
Una de las palabras más bonitas que conozco, las personas que he elegido como familia.
No hacen falta planes especiales, solo un café y unas buenas risas, o incluso un banco cualquiera en una calle cualquiera.
Y olvidar los problemas, encontrar apoyo, verdades como puños y esa cálida sensación de sentirte querida.
Pero el tiempo pasa, estás ausente y sientes que todo se va perdiendo, que ya nada es tan fácil como antaño, que crecer es una mierda muy grande.
Y te aferras al pasado, no queriendo que nada se escape, con miedo de mirar al futuro e imaginarte sola en esos recuerdos que aún no han sucedido.
La amistad verdadera es una de las cosas más hermosas que existen y también de las más difíciles de mantener, pero cuando se logra es el mayor tesoro que puedes tener, un regalo incomparable.
Creo que la proximidad de la Navidad me hace reflexionar sobre muchas cosas y añorar momentos que no van a volver; la clave está en seguir adelante, aunque se tenga miedo, jamás estancarse y nunca dejar de luchar.
Además nadie dijo que fuese fácil.
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