viernes, 12 de octubre de 2018

Otro punto y coma.

No entiendo cómo crees que no caes bien por luchadora, por esa intensidad que tienes para vivir todo lo que gusta, para hacer de cada detalle un mundo, para dejar que entren en el tuyo.
Tú eres de verdad porque los de verdad están, aunque los intentes alejar, siempre con ese abrazo preparado para curarte los días malos, con ese "mañana mejor, ya verás". Y contigo sé que mañana siempre va a ser mejor, porque, aunque haya personas a las que no podemos borrar por muchas cosas que pasen, lo bueno suele prevalecer  lo malo. Y las buenas personas que están con nosotros siempre van a ser lo más importante, y lo que más pese en la balanza de si un día es malo o no. Que sepas que te admiro de verdad por guerrera, y porque nunca te rindes. Hay que dejar atrás para poder disfrutar lo que tenemos delante, hay que despejar la cabeza de dudas, de rutinas, de peros y llenarla de "a por ellos". No entiendo cómo no te ves invencible, insuperable, imborrable, porque yo es lo único que veo cuando te miro a los ojos.
Para mí es un honor poder llamarte amiga y con todo esto quiero que sepas que a pesar de que ahora vienen unos meses muy difíciles, yo sé que vas a poder con todo eso y más; aunque tú no lo creas, aunque estés llena de miedos y pienses que la otra vez no funcionó y todo terminó en soledad. Te lo hemos dicho mil veces, que no estás sola, que vamos a estar ahí para sostenerte, que puedes descansar y centrarte en ti porque cuando estés bien seguiremos aquí, esperándote con los brazos abiertos. Vamos a comprender tus días malos, los días que no quieras salir de la cama e incluso los que no quieras vernos y no por ello te vamos a querer menos, al contrario, te querremos más por el esfuerzo que haces en recuperarte.
Todo va a estar bien, aunque va a costar y a dolor.
Tú has podido, tú puedes y tú podrás.
Te quiero chiquita mía,
Karen

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