Siempre habrá madrugadas grises, de esas que la mente se enreda en pensamientos que de normal tratas de ignorar.
Madrugadas repasando la vida, las cosas que haces y cuántas estarán mal. Madrugadas negativas.
Madrugadas en las que ojalá tuvieses sus brazos a tu alrededor para espantar las pesadillas.
Madrugadas en las que dejas que los monstruos de tu infierno campen a sus anchas mientras abrazas un peluche y esperas la salida del sol.
El sol...
...Nunca olvides que siempre sale.
Madrugadas de cigarrillos a medio acabar en el frío de la noche. Madrugadas que congelan lágrimas sin ser derramadas.
ResponderEliminarMadrugadas en puta soledad..
¡Grande, Andy! A veces creo que le pones letra a lo que siento querida amiga. Gracias por los consejos de madrugada.