Pandora.

Pocos saben que realmente me llamo Pandora. Que adoro el té con limón y a veces canela, y los días de lluvia para pasear. Acabo de salir de un ingreso medianamente largo, en el que casi pierdo la vida en varias situaciones. Mi corazón se paró pero lograron que volviese a latir, varias veces. Hay muchas chicas, y chicos, con la misma enfermedad que yo y os puedo asegurar que una de las cosas que más ayudan a seguir adelante es sentirse apoyado. Jamás tuve buena relación con mis padres y hermanos, más bien nos ignorabamos. Pero ahora me apoyaron. Mi nueva pareja me apoyó. Mis amistades me apoyaron. Pero mi mejor amiga, mi mejor amiga fue la que marcó la diferencia. Es cierto que la lucha era sólo mía pero ella, que también está en recuperación, hizo que no me sintiese sola.
Recuerdo cada vez que le escribí, para decir que no podía más y ella respondía, aunque fuese de madrugada. Cuando me cambiaron de hospital y tenía prohibidas las visitas, le escribía, a punto de rendirme y al rato me decía que estaba cerca, que me daba fuerzas. De casualidad un día entendí que ese cerca significaba que venía al hospital en sus ratos libres, a la sala de espera para apoyarme. Eso me dio más fuerzas, saber que confiaba en mí. También me echó la bronca cuando fue necesario, me sujetó el pelo y lloró conmigo.
Tengo un cumpleaños pronto y la he elegido para que venga. No a mi pareja, al que quiero pero aún es pronto. A ella. Porque sé que ella sabe lo que es la ansiedad de estar con gente, aunque sean amigos. Porque no me dejará caer.
Es difícil, hasta para ella. Aunque en su caso sabe ocultarlo, apenas se le nota la ansiedad, sólo en la goma de pelo (seguro que alguien entiende).
Apoyad a vuestros amigos, puede ser la diferencia entre salir adelante o no.