jueves, 25 de agosto de 2016

No quiero pero tampoco puedo [Karen]

¿Cómo alguien puede preferir morir antes que engordar? Hace un par de años yo me preguntaba eso y no lo entendía; ahora un gramo más me hace desear morir. Hoy pensaba en acabar con todo, había decidido hacerlo y gritarlo a los cuatro vientos pero tengo la suerte (o la desgracia) de que alguien me estampa las verdades en la cara.
- ¿Quieres morir? Toma.
Me tiende una cuchilla, de esas que he visto en miles de fotos, pero sólo puedo mirarla.
- ¿O tal vez necesitas simplemente sacar un poco de toda la mierda que llevas dentro y no sabes cómo hacerlo?
Noto las lágrimas pero sigo sin hablar. Saca otra cuchilla idéntica y la posa sobre su brazo. Empieza a hacerse cortes, cortes regulares y poco profundos mientras me mira con ojos tormentosos. No le tiembla la mano en ningún momento ni hace gestos de dolor. Intento imitarla pero no puedo.
-Grita.
-¿Qué?
-Grita hasta que no puedas más.
Y grito, hasta que me duele la garganta.
-Tú no quieres morir, eres demasiado valiente para eso. Cuando no puedas más, grita, pero jamás te ataques, porque el día que lo hagas... Ese día no habrá marcha atrás.
Tiene razón, así que la ayudo a curarse y después hago algo que llevo haciendo mucho tiempo: me doy un atracón. Me sujeta el pelo mientras vomito, mi cuerpo sacudido por las arcadas. Ella entiende, aunque no lo apruebe.
-Necesito ayuda.
-Lo sé.
-Tengo miedo.
-Lo sé.
-¿Estoy sola?
-No; yo estoy contigo.
Y sé que es cierto, que en cada recaída ha estado ahí, a pesar de que cuando estoy bien no tiene noticias mías, nunca me reprocha nada. La necesito y ella está.
Gracias por tu mágica presencia, A.

1 comentario:

  1. Daremos gracias por tenerla, por estar siempre, ya sea sujetando el pelo o aguantando un enfado tonto y cuando se te pasa ahí está, sin reproches.
    Mejorate Karen

    ResponderEliminar