La llaman Sopelana "La Salvaje", ubicada en Bilbao, es una de las pocas playas vírgenes que quedan. En ella se respira una paz insólita... Pero si hay algo que me gusta de verdad es ir por la noche y observar las estrellas. Esa afición la tomé prestada de una gran persona, a la que yo tengo la suerte de llamar prima, y que de normal escribe en este blog... Para mí es el mejor ejemplo del espíritu relajado en una de las escasas noches despejadas: tumbada en la arena, escuchando el rugir de las olas contra la orilla, mirando a un cielo cuajado de estrellas mientras la oyes relatar las historias de las constelaciones o simplemente canturreando... Ese es mi ejemplo de noche perfecta, de paz... Tal vez una fogata con madera varada, un poco de surf y ella, mi prima, mi confidente. Sólo deseo que algún día puedas ir a tu rincón salvaje con ese amor verdadero que sueñas, que alguien vea lo maravillosa que eres...
De tu Maitasuna que te quiere, en una semana te veo...
¡Qué paz me transmiten tus palabras! Espero que también encuentres a esa persona...
ResponderEliminarGracias Justiciero!
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