Hay veces en las que la
vida, te muestra una bandeja llena de bombones, bombones...rellenos de
sonrisas. Y entonces, vuelves a sentir, que todo sirvió de algo, que la vida no
toda son lágrimas, que hay momentos en los que un ángel baja del cielo para
susurrarte al oído palabras de cariño.
Y de nuevo te enseña a hacer
aquello que ya olvidaste, te enseña a volar de nuevo, te da sus manos, y sueñas
con tenerle más cerca. Entonces de repente...abres los ojos, pero esta vez todo
es real. No existe la pesadilla, la luz de mi felicidad la ahogó, en el pasado.
No existe ya aquel camino angosto, ya no existen aquellas rosas llenas de
espinas que se clavaban en tu corazón.
Y por fin encuentras lo que
querías, y por fin el mundo a tu alrededor comienza a sonreír, y por fin todo
tiene un sentido. La lucha sirvió para ser más fuerte, las lágrimas para
limpiar tu corazón, y aprender que no hay que derrocharlas por nada. Y los
buenos momentos, sirvieron para buscar otros mejores.
Porque hoy la vida me
sonríe, porque hoy aprendí de nuevo a volar.
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