Tres años desde que no estás, Yaya, y parece una eternidad. Hace poco soñé que teníamos esa conversación pendiente y fue liberador.
Siempre me decías que soy fuerte y puedo con todo, pero no es cierto; tu ausencia puede conmigo. Tengo tantas cosas que contarte, tantos abrazos por darte... Y ya es tarde.
Estés donde estés, no te olvido.
Te quiero mi ángel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario