Y cuando sientas que tus pensamientos amenazan con ahogarte, que gritan dentro de tu cabeza, ve al baño.
Ponte a Beret y métete a la ducha. Ensordece a esos cabrones bajo el ruido del agua, hasta que en tu cabeza reine el silencio, y si no funciona grita bajo el agua, grita todo lo que te atormenta. Y después cambia al agua fría, para volver a la realidad.
Cepíllate el pelo solo atenta a las letras de la canción, ignora el pelo que se te cae y deja que las lágrimas fluyan.
Recoge el baño.
Mírate al espejo y dile a tu jodida depresión que tú eres más fuerte, que ya se puede retirar, que vas a sentirte mejor.
Y recuerda, cariño, que estás viva porque eres una luchadora y seguirás pudiendo con todo hasta llegar a la meta. Recuerda que eres afortunada, que tienes gente que te quiere y que tus pensamientos negativos son los demonios de la enfermedad, no es la realidad, debes tratar de razonar.
Cuenta hasta diez, sal del baño y sonríe y que le jodan al mundo. Jamás olvides que llorar no es lo malo, lo malo es revolcarse en la tristeza.
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