Dos días y te aseguro que lo intento. Me duermo llorando y me despierto llorando. Hoy he cogido el móvil para llamarte, quería contarte que mi día era triste pero me he dado cuenta de que no puedo. Ya no estás. Intento rodearme de gente pero estás en mi mente, cuando por fin sonrío recuerdo nuestros momentos y eso duele porque ya no estás.
Ayer te dije adiós. O lo intenté, porque de momento no estoy preparada. Ayer parecías dormir, tan pacífica... Solo así me di cuenta de todo lo que estabas sufriendo. Ahora ya puedes descansar, me repito continuamente, pero te sigo necesitando, te sigo extrañando.
Niña, esto duele con cada respiración. A veces creo que ya no voy a ser capaz de llorar más pero luego descubro que sí, que no termino.
Voy a darme mi tiempo, mi ritmo. Te prometí luchar y ser feliz y lo voy a lograr pero necesito llorar primero, asimilar esto y sanar. Eso sí, jamás te voy a olvidar: ni puedo ni quiero.
Siempre, mi Pandora.
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