martes, 28 de febrero de 2017
Días malos
Hoy es un día malo. De esos en los que mis monstruos asoman la cabeza y ganan. Hoy es un día de llorar, de refugiarme en la ansiedad y no gastar fuerzas luchando contra ella. No, no es que me revuelque en el victimismo, es solo que los días malos existen y basta con aceptarlos y saber que son temporales. Mañana saldrá el sol de nuevo y el día malo pasará a la historia, los monstruos acallados una vez más con fuerzas renovadas. Pero hasta que llegue mañana me permito llorar y sentir, me permito bajar las defensas por un día y no por ello dejar de ser fuerte o valiente. Porque un tropiezo no es una caída, y aunque lo fuese seguiría sin ser un retroceso... Porque si hay algo que me niego a hacer, es rendirme.
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