viernes, 7 de octubre de 2016

Noches de octubre

Aun queda un rato; he llegado pronto a la estación pero ya noto ese nerviosismo por verle, ese anhelo y esa sensación de que ahora el tiempo comenzará a correr más rápido. He llegado caminando, la música como aislamiento aunque las calles estaban desiertas en medio del aire frío. Me gusta la noche, caminar a través de ella y pensar en mil cosas. Hoy te estuve hablando, yaya, hablándole a esa estrella que brillaba tan fuerte entre las nubes, con la certeza de que me escuchas. Ojalá te escuchase yo a ti. Ahora ya no veo la estrella, ni el cielo, sólo el techo de la estación y la gente esperando por sus autobuses o por los que llegan. Veo dos parejas abrazadas, una ríe, sin duda se acaban de encontrar, pero la otra se aferra como si su vida dependiese de ello. Veo lágrimas en ella y sé que se están despidiendo. Hoy yo seré como la primera, pero una parte de mí simpatiza con la segunda. Hoy mi corazón está de vuelta por unos días... Quedan exactamente 18 minutos y estoy inquieta, mis labios deseando encontrar los suyos...

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