Quiere. Quiere hasta que te duela. Hazlo todo... Para que llegado el día no puedas pensar en lo que habría pasado, sino que sepas qué sucedió. Rómpete, una y otra y otra vez, porque incluso cuando pienses que has llegado al límite, te darás cuenta de que aún te quedan fuerzas para seguir. Ama, arriesga, llora, ríe, perdona, odia... Siente cada emoción posible, incluso el dolor, porque el dolor nos indica que estamos vivos.
Y, de vez en cuando, salta hacia lo desconocido, sin red.
Viaja, besa, ten sexo encima de la mesa pero también haz el amor bajo las estrellas...
Para que cuando llegues al final, sea sólo otro principio, otra aventura.
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